2023 será recordado como uno de los años más estremecedores de nuestra historia reciente. Este año representa la compenetración de un calor insoportable con el último sudor de los cuerpos diseccionados por la Policía Nazional del Perú. Además de un frío que se funde con la indiferencia de un sector de la población limeña, gélido la mayoría de las veces y polar cuando las bombas lacrimógenas ingresan por las ventanas. Un año que nos estremece al ritmo de una sinfonía de cuerpos ensangrentados y gritos de resistencia. En medio de este popurrí de notas fúnebres, el quehacer artístico-cultural de personas y colectivos sociales viene haciendo frente a los esfuerzos del gobierno de borrar nuestra memoria reciente. Más allá de cualquier acto de patrimonialización, el rico bagaje cultural que producen es una herencia inapropiable que se sumará a la estela de producciones contestatarias que este país ha inspirado.   

Desde alfombras con las siluetas de las y los fallecidos en el reciente contexto de represión hasta retablos ayacuchanos con cuerpos despedazados por una metralleta en manos de Dina Boluarte, las producciones culturales de este último año ponen en jaque el status quo nacional. Por su parte, el gobierno y sus intimidaciones babosas pretenden desaparecer estas materialidades incómodas del mismo modo que lo hacen con aquellos cuerpos racializados que exigen justicia y reparación. Este es el caso de la escultura “La Descarada” de diversos artistas de la Universidad Nacional de Arte Diego Quispe Tito, pieza artística que se encuentra desaparecida tras ser exhibida en el desfile de alegorías realizado en el marco de la festividad cusqueña del Inti Raymi. La pieza artística representaba una figura femenina mitad burócrata mitad militar, que pisa un bolsón de cráneos con las mismas botas que aplastaron a cientos de comunidades indígenas durante el conflicto armado interno. Junto con el silencio del mundo del arte académico, que seguramente no ven en la obra cusqueña el factor Szyszlo, el gobierno de Boluarte viene amenanzando este tipo de trabajos que hacen del arte un vehículo interprovincial de lucha y no de folclorización.

Por su parte, el gobierno (des)gasta los pocos papeles que le quedan en limpiarse la cara con cultura y patrimonio. No faltan los esfuerzos desesperados por presidir el inicio de la Semana Santa ayacuchana, por presentar a nivel internacional el Inti Raymi, por abrir Machu Picchu al tanato turismo del patrimonio, etc. La politización del patrimonio no puede tener mayor relevancia este año pues la creación de todo artefacto patrimonial, que celebra tanto la profundidad histórica como la necesidad del Estado-nación multicultural peruano, termina jugando a favor de un gobierno que cuenta con la desaprobación del 80% de la población peruana . Por ejemplo, recordemos cómo a pocos meses de la matanza de Ayacucho, Dina Boluarte acudió al Ministerio de Cultura a presentar la Semana Santa, a puertas cerradas y a 500 km de distancia del “Rincón de los Muertos”. Asimismo, presentó el Inti Raymi en la Huaca Pucllana, un espacio arqueológico que no guarda relación con la festividad cusqueña pero que de igual manera es útil a los propósitos del gobierno. En política no hay tiempo para precisiones académicas, la escenografía de la huaca miraflorina puede alojar el lanzamiento de una fiesta ajena o un restaurante de comida novoandina. Lo importante es la rentabilización simbólica y económica del espacio como táctica gubernamental.

Mariátegui hace casi 100 años ya había hecho hincapié en el rol político del artista y la cultura, en cómo el arte revolucionario yace en las antípodas del decadente gusto burgués. Un arte contestatario que siempre estará del lado de las personas más necesitadas, que rompe las torres de marfil con producciones culturales que hacen eco del sentir de los pueblos y las comunidades. En estos términos, las artes contra la dictadura de Dina Boluarte vienen resistiendo el ritmo de “esta democracia ya no es democracia”, canto coral que seguramente será declarado patrimonio inmaterial de la Nación en veinte años. Cuando la dictadura haya acabado y tengamos otro museo de la memoria.

Más información: 

Retablos por la memoria:

https://jornada.com.pe/arte-en-los-retablos-ayacucho-presente-en-innovacion/

https://www.instagram.com/retablosporlamemoria/

Cuerpx en vela (performance por Germa Machuca):

https://www.vallejoandcompany.com/performance-cuerpx-en-vela-2023-de-germa-machuca/

La descarada: https://larepublica.pe/sociedad/2023/06/27/cusco-artistas-denuncian-censura-del-gobierno-de-dina-boluarte-y-desaparicion-de-escultura-la-descarada-protestas-noticias-peru-lrnd-2395629

Esta democracia ya no es democracia: https://www.youtube.com/watch?v=rSSkeE7yGig